Correr sobre la nieve es una práctica cada vez más popular y una buena opción para seguir entrenando durante el invierno. Nuestro colaborador Juan González nos enseña, a través de este artículo, unos consejos de cómo correr y qué material tenemos que utilizar para una buena práctica sobre la nieve. Si deseas ponerlo en práctica, Polärtic os espera el próximo 23 de febrero en Vall de Núria, en el Campeonato de Cataluña de Snow Running.
Las mejillas levemente enrojecidas, el hélix de la oreja se vuelve frágil, casi de vidrio, lo notamos con cierto dolor. El aire seco y gélido aguijonea nuestro sistema respiratorio, la nariz empieza a gotear. Un sonido sordo, convertido en silbido domina el escenario, excepto cuando nos movemos y el peculiar crepitar bajo nuestros pies, el sonido de nuestra acelerada respiración, cobra vida. Nuestro impacto contra la superficie parece estar tomado a 60 frames por segundo, y la zancada cambia, de nada sirve impulsarnos, nos hundiremos y forzamos los cuádriceps tirando hacia arriba, ya que es la única manera eficiente de avanzar.
Te suena extraño? No lo has experimentado nunca? Esto es snow running !!
Es mi primera vez. ¿Qué hago?
Si es la primera vez que corres sobre nieve, debes tener en cuenta que deberás desplazarte, preferiblemente, a una pista de esquí, donde podrás correr por los márgenes de las pistas y compartir este espacio. Un trazado que suelen utilizar los que hacen alguna travesía con raquetas de nieve.
Otra opción es una estación de esquí nórdico, donde hay circuitos marcados, con diferentes distancias y grados de dificultad. Si no quieres desplazarte hasta una estación de esquí y prefieres ir por libre a alguna montaña con un recorrido que conozcas, también puedes hacerlo pero es posible que, si hay una gran acumulación de nieve, el acto de correr sea más tedioso para ser nieve virgen y sin «compactar», como pueda estar en una pista de esquí, con zonas habilitadas. En este sentido, tú eliges.
Como comentaba en la introducción, la zancada es totalmente diferente, ya que el ciclo de pisada se ve totalmente afectado, es decir, de poco o nada sirve impulsarse para avanzar. En este sentido, lo conveniente es aterrizar de medio o del ante-pie y en lugar de impulsar habría levantar los pies tirando de cuádriceps. Si intentas impulsarla tras apoyar, vas a hundir, desperdiciando energía. Si correr en nieve cansa, es entre otras cosas, por esta alteración en el ciclo de zancada.
De acuerdo, quiero probar. ¿Qué material necesito?
Para los pies:
Importantísimo conocer las diversas opciones, que esencialmente serían 3:
Opción 1: las raquetas de nieve (bien tradicionales, y más pesadas, o las específicas y ligeras para correr), que si no tenemos podemos alquilar a buen precio si practicamos la actividad en una estación de esquí. Con las raquetas, obtendremos una gran estabilidad y poco hundimiento, aunque pisamos nieve virgen. Nos dará muchísima seguridad en bajadas y, en subidas en las que el desnivel nos obligue a caminar, podremos utilizar las alzas para no cargar en exceso los gemelos. La contrapartida de las raquetas, es que arrastramos un peso considerable y no tenemos tanto dinamismo.
Opción 2: los mini-crampones. Hay varias marcas con este producto en su catálogo, como Climbing Technology. Se trata de un crampón de acero unido por pequeñas cadenas y una estructura flexible de silicona, que es lo que «abraza» nuestra zapatilla y que posteriormente aseguramos mediante velcro transversal. Por menos de 40 euros podemos comprarlos y nos garantizará menos peso y un mayor dinamismo, además de gran tracción. Por el contrario, si la nieve no está muy prensada, nos hundiremos irremediablemente.
Opción 3: las zapatillas con clavos. En mi opinión, la mejor opción si piensas practicar esta actividad con cierta frecuencia, ya que es una zapatilla totalmente específica y que sólo sirve para la nieve, ya que cuenta con unos clavos de acero fijos, que destroza si utilizamos las zapatillas fuera del blanco elemento. Con este producto es con lo mayor ligereza tenemos pero a un precio bastante elevado, mayormente por encima de los 160 euros. A favor, diré que prácticamente tiene cero desgaste y, por tanto, nos promete gran durabilidad.
No descuidemos los calcetines, mejor si nos cubren todo el gemelo. No descartaría algún modelo impermeable, aunque hay marcas como Lurbel que tienen modelos específicos para nieve. Otro elemento indispensable son las polainas, independientemente de que las zapatillas estén equipadas con Gore-Tex. Aconsejo este accesorio ya que, por muy impermeables que sean las zapatillas, si nos entra nieve por el collar de estas y se mojan los calcetines, no acabaremos el día de forma muy agradable.
Para las piernas:
Unas mallas será, en mi opinión, la mejor opción. Nos dan movilidad y una capacidad térmica adecuada si elegimos correctamente el grosor. Mis preferencias serían dos: los modelos Kobe o Nagai III de Hoko, o bien el modelo Wong 24201 con un espesor a medio camino de los dos modelos de Hoko. Con un coste de entre 32 y 42 euros estaremos servidos.
Para el tronco superior:
Para saber qué material tenemos que llevar a nuestra salida, tendremos que consultar la meteo para este día. Y precisamente en cuanto a tronco superior casi es esencial, ya que determinará las capas de abrigo que llevaremos. Mi recomendación es utilizar una camiseta térmica de manga larga como primera capa, modelos como el Fuyu o Geisha de Hoko (33 y 36 euros respectivamente) serán una buena opción. Una segunda capa a modo de chaqueta híbrida sería aconsejable si el cielo se presenta tapado con una sensación térmica menor, y aquí el abanico de precios es enorme. Si disfrutamos de un ambiente soleado y nuestra actividad es intensa, con la primera capa térmica y quizás un chaleco con la parte delantera en Windstopper sería un combo perfecto. Si no disponemos de esta pieza, una chaqueta cortavientos con buena transpirabilidad sería también factible.
Accesorios:
Siempre utilizo mochila y, en función de la duración de la salida, escojo más o menos capacidad, como la mochila de 5 litros Adv. Skin de Salomon, en la que podríamos transportar un mínimo de material para una salida de medio día. Si necesitamos transportar más ropa de abrigo o nuestra salida puede llevarnos un día entero, optaría por la Salomon Agile de 12 litros o la Ultimate Direction Mountain Vest 4.0 de 13 litros.
No olvidar guantes, sombrero, braga para el cuello, protector solar de cara y labios, y unas buenas gafas con protección de categoría 3. Los bastones me parecen aconsejables para emprender subidas pronunciadas. El snow run es un marco perfecto si queremos entrenar la técnica de bastoneig.
Con todas estas recomendaciones, únicamente nos queda elegir el destino y disfrutar de una experiencia altamente gratificante.