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En el entrenamiento del ultrafondista no todo es hacer kilómetros. La buena programación de la alimentación, conjuntamente con el descanso, es la cara invisible del entrenamiento, pero no por eso menos importante.
Nuestro cuerpo es la “máquina” imprescindible para el deporte. No se puede sacar el máximo rendimiento del cuerpo si no se tienen en cuenta todos los factores que intervienen a que este tenga el mejor funcionamiento.
En este primer artículo introduciremos algunos puntos que ayudarán a que vuestra alimentación sea más efectiva para el ultrafondo, pero algunos temas más específicos que hoy nombraremos los profundizaremos en próximos artículos.
Estos son, bajo mi punto de vista, algunos de los puntos básicos que el ultrafondista debería tener en cuenta para empezar a comer de manera más efectiva.
1.Saber cómo funciona nuestro cuerpo
El ultrafondo, y especialmente el de montaña, tiene tal grado de dureza que la mejor manera de rendir y sacar el provecho del cuerpo es estando sano. Necesitamos nuestro cuerpo para practicar este deporte, así que nos hace falta que cuidemos la salud para poder sacar el máximo rendimiento del cuerpo y gozar más del deporte. Y la alimentación juega un papel muy importante.
Para poder entender que y cuando tenemos que comer, es necesario que se entienda bien como funciona nuestro cuerpo. Una vez sabemos cuál es el procedimiento nos hará falta “escucharlo”, es decir, saber estar atentos a todos los síntomas que vamos observando, ya que es la manera que el cuerpo “nos habla”. En función de la lectura de estas sensaciones iremos sabiendo que necesitamos y qué le tenemos que dar al cuerpo para aquella que pide atención.
A veces nos puede más la cabeza que el cuerpo y a menudo, pese a los repetidos síntomas que nos presenta, tendemos a quererlos tapar con antiinflamatorios, protectores de estómago y otros. Eso no permite adecuar el entrenamiento a las necesidades del cuerpo sino a las ganas del conseguir el objetivo. Y es por eso que es posible que nuestro cuerpo nos falle.
He aprendido a que el cuerpo es una “máquina” perfecta (siempre que no se padezca una patología congénita o por accidente) y por tanto, si algo falla es porque alguna cosa le estamos haciendo mal. Es por eso que hace falta estar atentos a las necesidades de nuestra máquina y atenderlas lo mejor posible sabiendo que, a veces, tendremos que renunciar a algún reto que nos haga ilusión.
2. Organizar qué comer en cada momento
La alimentación no siempre debe ser la misma. Hay que ir variando en función de las necesidades del cuerpo y, por tanto, según el momento deportivo en el que nos encontremos tiene unas exigencias u otras.
Comer bien cada día es fundamental para sacar el máximo provecho de los entrenamientos y tener los músculos sanos. A su vez, sirve para llenar las reservas y no “estresar” los órganos, que puede que en una competición de ultratrail sí que pondremos al límite y, por lo tanto, hace falta que estén en las mejores condiciones posibles.
Hace falta diferenciar también el momento en el que te estás alimentando. La alimentación del día a día tiene unas características básicas dependiendo de la programación del entrenamiento; no es lo mismo alimentarte cuando haces una tirada larga que el día que descansas. Al mismo tiempo, no es lo mismo comer preparando un reto competitivo a dos semanas vista que cuando no estás en temporada competitiva. También es diferente comer mientras estás entrenando o compitiendo que lo que se come antes o justo después de un entrenamiento. Cada momento requiere una explicación detallada, así que en los próximos artículos en Ultres Catalunya serán exclusivos para explicar la alimentación antes, durante y después de un ultratrail.
3. Personalizar qué y cómo alimentarse
El ultratrail es una disciplina deportiva muy exigente, física y mentalmente. Es por eso que la buena preparación es indispensable para el deportista. Cal formarse para alimentarse correctamente. La lectura de libros y artículos de profesionales de la alimentación nos ayuda a tener ideas y a hacerlo mejor diariamente, pero si vemos que no dominamos lo suficiente la materia es mejor que acudamos a un profesional de la alimentación. Igual que tenemos un entrenador personal que nos haga un plan de entrenamiento de forma personalizada, debemos dejar en manos de un profesional de la alimentación la programación de lo que comemos. Una vez se ha hecho un asesoramiento alimentario adecuado durante unos meses, ya se puede ser más autónomo al decidir qué comer y sólo hará falta cumplimentar la información a través de talleres prácticos o lecturas especializadas.
Es muy importante que entrenador y dietista estén comunicados para adecuar la alimentación al día a día de los entrenamientos y, evidentemente, de las competiciones. Vale la pena tener en cuenta que, si en el centro de entrenamiento dónde se recibe el asesoramiento al corredor se le puede informar también el que le ha propuesto el dietista, habrá mayor éxito de conseguir resultados. No nos podemos quedar sólo con el qué comemos, sino también en cómo se tiene que cocinar, cual es la mejor manera de prepararlo para llevárselo de competición, en el centro de trabajo o hasta asesorarse como organizarse la semana y la compra para cocinar y conciliarlo con los platos del resto de la familia.
4. Consumir productos de calidad
El “combustible” que ponemos en nuestro cuerpo es esencial que sea de calidad porque determinará el efecto que realizan. Somos lo que comemos y, si queremos tener un cuerpo sano para exprimirlo, hace falta también comer sano. La calidad de los productos no lo determina su precio, ni su envoltorio, ni la publicidad, ni la publicidad que puedan hacerte los mejores deportistas del mundo. Por un producto de calidad entiendo el que tenga el máximo de efectivo posible sin tener consecuencias contraproducentes para nuestro cuerpo a largo plazo. Eso quiere decir que sea respetuoso con nuestra salud y que el formato en como lo comemos sea de la mejor manera para que el cuerpo absorba sus máximas calidades.
Cuando hablamos de alimentación deportiva parece que sólo hablamos de productos procesados, con añadidos químicos y que su naturaleza más primaria queda muy lejos de la manera como lo llegamos a comer. Pero no debería ser así. De hecho, como mejor absorberá nuestro cuerpo los nutrientes que ingerimos sin que afecten a la larga nuestra salud es comiendo lo más natural posible. Eso pasa por entender que la base de la alimentación deportiva tiene que ser un producto primario, que no hace falta comprarlo en ninguna tienda especializada y que, estos complementos y otros formatos procesados a los que estamos acostumbrados ya en el deporte, sean solamente de un uso ocasional para momentos concretos dónde el día a día no ha podido llegar a llenar las reservas de nuestro cuerpo y cuando nos encontremos con esas carencias tengamos que cubrirlas con esos productos.
Estos cuatro puntos son muy básicos para empezar a alimentarse correctamente. En artículos posteriores concretaremos algunos temas específicos que nos podrán ayudar de manera más práctica en nuestro día a día.
Os espero cada último miércoles de mes en esta sección!