La cursa desèrtica més emblemàtica del món, la Marathon des Sables, ha començat a rodar la seva 34a edició. Prop de 1.000 corredors provinents de mig centenar de països han pres la sortida avui des del desert del Sàhara marroquí. Sens dubte, una prova consolidada dins el calendari internacional de curses de llarga distància i de referència mundial.

Rachid El Morabity i Ragna Debats, guanyen la primera etapa

L’etapa d’avui, entre El Borouj i Tisserdimin, ha estat marcada pel fort vent. El rei de MDS dels últims cinc anys, el marroquí Rachid El Morabity, no ha donat lloc a la sorpresa i ha estat el corredor més ràpid en cobrir els 32 quilòmetres de recorregut. En quant a les fèmines, la catalana Ragna Debats ha començat demostrant les seves credencials amb victòria.

Classificació etapa 1: 1r Rachid El Morabity (2:19:00), 2n Mohamed El Morabity (2:20:28), 3r Abdelaziz Baghazza (2:22:58); 1a Ragna Debats (2:42:24), 2a Aziza Raji (3:07:58), 3a Laurence Klein (3:12:56)

Disset catalans, a l’aventura de la MDS

A l’igual que l’edició passada, enguany seran disset els corredors catalans que hi prendran part. Aquests han estat els resultats de la primera etapa

Crònica de Juan González (dorsal 821). El reencuentro

Un año. O si el lector lo prefiere en forma de logarismo; 365 días. Mucho tiempo para un reencuentro deseado.

Mi ansiada vuelta a Marathon des Sables, a ése desierto que tanta huella dejó, tanto me curtió, y en mayor proporción,  tanto me dió.

El desierto, y a la postre Marathon des Sables, que yace en sus dominios, es una carrera egoísta. Ni está dispuesto, ni quiere ser “la otra”. Aquí no funciona así la cosa. Si vuelvo, es con todas las consecuencias, y al final, también con la mayor gratificación. No vale tenerla apuntada en  un calendario, y acudir “a ver que pasa” o como un trofeo más, para alimentar nuestro ego, no. Olvídalo. MDS no es “la otra”, no la amante subrepticia. O vienes con la lección aprendida, o si más no, preparada. De lo contrario, estás sentenciado de antemano. Aquí el factor error, hace gala de su nombre, es implacable, y cruel.

Lo de ser una carrera más, mi querido desierto,  no lo lleva nada bien. Quizás, ese respeto que exhala, y del que buena nota tomé en su día,  es lo que puede hacer que quizás, y solo quizás, salga victorioso, o acaso medianamente indemne de esta aventura.

Hoy, primer día de esta nueva edición de 2019, tomo parte con la mayor humildad y respeto. Con mucha alegría -cierto- pero con la testa ligeramente agachada, como el niño, que sabe que está ganándose una reprimenda.

¿Subestimarlo, por haberme llevado la medalla Finisher 2018? Ni pensarlo. Así no. Aquí no.

Concentración,  esfuerzo,  9 días sin practicar la rutinaria -y recomendable- práctica de la higiene,  comer lo que pueda, según la estrategia de carrera. ¿He elegido ir ligero? Pasaré hambre. ¿Acaso comer bien? Mi espalda me maldecirá.

Una carrera coherente, fiel a sus principios, que no se deja contaminar. Ahí su encanto.

Mientras tanto,  nosotros, que podamos verlo.

Empieza MDS 2019.

Fotos portada © Juan González